Manejo integrado de plagas - Parte II
La alfalfa es una de las bases de la pirámide alimenticia del ganado. Es considerada la "reina de los forrajes" por la cantidad de nutrientes que aporta al animal. Es por esto que requiere ciertos cuidados y controles, especialmente en lo que se refiere a las plagas e insectos.
El manejo integrado de plagas o MIP es uno de los principales recursos empleados hoy en día, ya que permite el cuidado del cultivo, con una menor alteración del medio ambiente y reduciendo los riesgos para la población.
En lo que respecta al manejo integrado de plagas, es preciso conocer el agroecosistema para poder determinar las acciones a seguir.
En primer lugar, se debe conocer de la manera más exacta posible las densidades de las plagas antes de aplicar una técnica de control, por lo que se requiere una inspección periódica de los lotes mediante técnicas de muestreo.
¿En qué consisten las técnicas de muestreo? En aplicar 10 golpes de red para el caso de las orugas y la observación de 10 tallos y sus hojas para los pulgones, en cinco estaciones de muestreo dentro de cada uno de los lotes analizados.
Hay 4 grupos principales de insectos que se alimentan de alfalfa: las orugas defoliadoras (isoca de la alfalfa, isoca medidora e isocas militares), los pulgones, las orugas cortadoras y los gorgojos.
También se debe considerar que los cultivos de alfalfa son importantes reservorios de diferentes enemigos naturales de las plagas. Entre los benéficos, se pueden nombrar algunas especies de avispas, moscas, larvas y adultos de las vaquitas de San Antonio, arañas, etcétera. Por ejemplo, como para darnos una idea una vaquita de San Antonio se puede llegar a comer cerca de 500 pulgones durante su vida como larva.
En este sentido, no se trata de un dato menor, ya que se debe evitar el uso de insecticidas a estos enemigos naturales que resultan benéficos.
Por último, si se detecta que un lote está próximo a los niveles de daño de la plaga, es conveniente destinar a pastoreo o corte.
Fuente: La Nación