Buenas prácticas en la alimentación de los caballos
Los caballos son animales muy fuertes, pero eso no debe confundirnos en cuanto a su cuidado. En términos de alimentación y sistema digestivo, son delicados y requieren de algunos cuidados. Foodco te cuenta qué tener en cuenta en las prácticas de alimentación de estos animales.
La alimentación de los equinos debe ser rica en nutrientes: de este modo, se busca aportar al endurecimiento de sus huesos, a la elasticidad de los ligamentos y al mismo tiempo, al fortalecimiento de su sistema inmunitario.
Complementar el pienso con el forraje. Ambos alimentos deben “trabajar” juntos. Es decir, aquello que el forraje no aporte, se puede complementar con el pienso.
Administrar la alfalfa trozada. Ofrecerle al caballo la alfalfa en trozos de 10 o 15 centímetros para facilitar su ingesta.
Propiciar la alimentación varias veces al día, en menores cantidades. Es conocido que el sistema digestivo de los caballos es más delicado en comparación con el de otros alimentos. Es por eso que es mejor administrar raciones varias veces al día, en porciones más reducidas. En este sentido, también se recomienda establecer una rutina de comidas.
Evitar los alimentos “de polvo”. Por la forma de las vías nasales de los caballos y dado que respiran mientras comen, es conveniente evitar todos aquellos alimentos que tengan demasiado polvo, que puede irritar sus vías aéreas. Este tipo de alimentos también puede predisponer a la formación de una película en el estómago y provocar úlceras y cólicos. Muchas personas lo que suelen hacer es enjuagar el heno varias veces para quitarles el polvo.
Evitar los cambios bruscos. Por ejemplo, si vamos a cambiar de concentrado, es preciso hacerlo paulatinamente. Suelen tener problemas como los cólicos, por lo que es importante evitar los cambios y darles tiempo para que se vayan acostumbrando.
Poner agua siempre a disposición. Es fundamental ya que, según la edad y el peso, suelen beber entre 25 a 60 litros por día. Chequear que los tachos estén limpios.