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¿Cómo obtener una buena alfalfa?

¿Qué no podés obviar en el cultivo de alfalfa? Los consejos de Foodco implican el cuidado de aspectos como suelo, elección de las semillas, riego, tipo y densidad de siembra, así como época de la misma.


Suelo: la preparación del suelo es importante, no sólo por las condiciones que debe ofrecer a la semilla, sino por la importancia que tienen el riego y los trabajos posteriores de corte, hilerado o enfardado. Además de requerir de nivelación, debe ser un suelo profundo, que permita un buen drenaje, sin capas duras cercanas a la superficie y con baja salinidad. Debe permitir el buen contacto suelo-semilla.

Agua: la alfalfa exige agua, aspecto crucial para lograr un buen rendimiento de materia seca por hectárea. Lo ideal es un regado moderado pero continuo, evitando los excesos.

En relación con el punto anterior, también es importante considerar que la alfalfa exige agua, por lo que si el cultivo no se realiza en un lugar en donde se pueda disponer del recurso hídrico, entonces es conveniente limitar las hectáreas.

Elección de semilla: también resulta muy importante, para poder garantizar sanidad y productividad. Hay semillas que no están certificadas y se mezclan con impurezas y malezas que complican el cultivo y aumentan los costos.

Siembra: el “cuándo” de la siembra plantea posturas en distintos bandos. Algunos optan por el otoño y otros por la primavera. Cualquiera de las dos respuestas es válida, pero debe ir de la mano del tema “malezas”. Si se trata de un campo que está limpio de malezas, entonces se puede empezar la siembra en cualquiera de los dos momentos. Pero si el lote está cargado de malezas, entonces lo mejor es hacerlo en otoño, pero con un control pre siembra y siembra, con herbicidas totales y pre emergentes respectivamente, según la etapa.

Si bien con el tiempo la alfalfa le gana a las malezas, inhibiendo su crecimiento, en sus primeros años resulta más débil, por lo que es importante brindarle una ayuda “extra”.

Densidad de siembra (Kg/ha): mientras la siembra sea más “improvisada” y con menos tecnología, entonces se requerirá de más semillas. Cuando la siembra es al voleo, aumentan las probabilidades de semillas que no lleguen a germinar, o que queden al descubierto. Entonces se aumentan los kilos por hectárea para asegurarnos los resultados que buscamos.

Una regla que suele tenerse en cuenta es que si no se cuenta con tecnología, entonces debemos pensar en hasta 20 Kg/ha en siembras convencionales al voleo y 10 Kg/ha en siembra directa.

 

Fuente: todo alfalfa